Tenía 22 años, en ese tiempo era reportera.
Hacía una investigación sobre asesinatos de mujeres, feminicidios, término que apenas sonaba, entonces me topé con el caso de Jennifer Arredondo Grajales.
La pequeña tenía 10 años. Vivía en Ixtapaluca, en el Estado de México. A principios de diciembre de 2006 fue asesinada por el primo de su padre.
Cuando supe del crimen empecé a indagar más, con trabajo obtuve la información.
El asesino había actuado en venganza por «problemas personales con el padre» y creyó que al matar a su hija estaría «a mano».
No sólo la asesinó.
La pequeña fue torturada. La estranguló con hilo cáñamo y le deshizo la cabeza con una roca.
Ya muerta le cortó los senos y abrió su cuerpo desde la garganta hasta el estómago. La dejó tirada a unos metros de su casa.
Las fotografías no mentían. El salvajismo era evidente. Aquellas imágenes quedaron grabadas en mi mente y durante meses tuve pesadillas.
En aquel tiempo, la Comisión Especial de Feminicidios, gracias a una extensa investigación, reveló que de 2000 a 2005 fueron asesinadas seis mil 936 mujeres en México.
No sólo era Ciudad Juárez. Todo el país ya tenía un severo problema de feminicidio, sin embargo, nunca imaginamos que, casos como el de Jennifer, se harían cotidianos, es decir, los feminicidios de niñas.
Feminicidios: Ninguna mujer está segura
Hace casi un mes, en la comunidad maya de Tahdziú, Ana, una niña de 6 años de edad, murió asesinada.
Su cuerpo estaba en un pozo; de acuerdo con las las autoridades locales, la pequeña fue violada y asfixiada.
Cifras oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), señalan que desde 2015 se tienen registrados 194 feminicidios de niñas y adolescentes.
Tan sólo en enero de este año se tiene el registro de 272 asesinatos de mujeres, es decir, nueve feminicidios diarios.
Es claro que ninguna mujer, sin importar su edad, está segura.
La violencia feminicida ha escalado rápidamente que, ahora, no sólo hay un problema marcado de asesinatos de mujeres por ser mujeres, sino también de niñas.
Estadísticas de feminicidios
Según estadísticas de Mortalidad del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), desde el 2012, cuando el feminicidio se tipifica como delito en el Código Penal federal, hasta el 2016, se registraron 821 muertes violentas de niñas entre los 0 y los 14 años de edad.
De éstos, 20%, es decir 160 casos, se cometieron contra niñas de menos de un año de edad.
El 27% ( 227) en niñas de uno a 4 años. 19% (153) en pequeñas de 5 a 9 años, y 34% (281) en niñas de entre los 10 y 14 años de edad.
La causa de la muerte de estas niñas va desde disparos de arma de fuego, ahorcamiento, estrangulamiento, apuñaladas o ahogadas.
La violencia sexual también está presente, pues causó la muerte de 9 niñas menores de 14 años de edad.
Lo más indignante es que los asesinatos se realizan en su mayoría por algún familiar, 72 asesinatos contabilizó el Inegi.
Los feminicidios de niñas han ido creciendo, en 2015, se registraron 50. En 2016 aumentó a 53.
Un año después, fueron 61, y hasta mayo de 2017, ya iban 30 casos, ¡194 feminicidios de niñas!.
La conocida feminista Frida Guerrera lleva un recuento minucioso de los feminicidios perpetrados en el país.
No sólo de mujeres adolescentes y adultas, sino también de niñas.
Señala que en lo que va de 2018, ha documentado 46 feminicidios de menores de edad, pese a que las autoridades mexicanas sólo reconocen 30 casos.
Los entidades donde hay más feminicidios son Estado de México, Nuevo León, Chihuahua y la Ciudad de México.
Ninguna mujer debería tener miedo por ella ni por su hija, nieta, sobrina, hermana, amiga, vecina… No deberíamos vivir en zozobra cada vez que salimos a la calle, pero, incluso dentro de la familia es donde se cometen la mayor parte de los feminicidios.
Los casos de Lizbeth, San Juana, Diana, Valeria, Fátima, Ana, Jennifer no pueden olvidarse. Jamás.