El regreso a clases me recuerda el sentimiento que me generó la primera vez que me separé de mi hijo para irme a trabajar.
Tenía 45 días de nacido, ¡qué crueldad!.
Para muchas mamás, que trabajan o no, en este ciclo escolar 2018-2019 será la primera vez que experimentarán ese hueco en el estómago, de no tener certeza sobre si el hijo estará bien.
Sin embargo, no trabajar en hacer consciente ese sentimiento, podría generar un tétrico escenario en el cual la mamá pasa de extrañar al retoño, a grandes batallas bélicas que se repetirán cada mañana cuando la criatura no quiera entrar a la escuela.
Entre berrinches, llantos y pataleos, te darás la vuelta sintiéndote “la peor mamá” por tener que ir a trabajar y dejar llorando a tu hijo en la puerta de la escuela.
Es momento que las mamás trabajadoras nos reconciliemos con el simple hecho de que aun cuando no laboráramos, el mandar a los hijos a la escuela es parte del ciclo de la vida. En algún momento tendría que pasar…
Mamás trabajadoras: Tips para sortear berrinches
1.- Deja de sentirte culpable por tener que ir a trabajar. Sea cual sea el motivo por el que trabajes no estás haciendo nada malo y no debes de mentir con el “no tardo cuando la realidad es que sí tardarás 12 horas en regresar”. Además, si tu hijo llora, es parte de las etapas que tendrá que vivir y es mejor que le enseñes que es un proceso natural.
2.- Habla con tu hijo, pero sin rollos y mareos usando trilladas frases como “mamá tiene que ir a trabajar para comprar comida”, la cual esconde parte de la culpa que sientes. Valora lo que haces y dile la verdad, “mamá es una profesionista y aporta al gasto familiar”; porque aun cuando tuvieras un marido espléndido o te enamoraras de un buen patrocinador, existimos quienes disfrutamos nuestra profesión y no lo dejaríamos de hacer.
3.- Genera un lazo con tu hijo para mantenerse presentes a pesar de la distancia. Por ejemplo, yo le pongo la esencia de mamá, un rico aceite que froto todas las mañanas en su pecho. Mientras le doy su masaje, le digo que cada vez que me quiera sentirme cerca, meta la nariz por su camisa y huela, “ahí estará mamá”, «porque mamá lo cuida y mamá lo ama».
4.- Desconéctate del celular cuando llegues a casa. Aunque se escuche trillado no habrá mejor regalo que le des a un hijo que tu tiempo y tu atención. Esto lo entendí, cuando mi hijo a pesar de entrenar dos horas futbol, cuando yo llegaba a casa tenía pila para seguir jugando. Un día le dije, “pero ya jugaste”, a lo cual contestó, “si, pero no he jugado contigo”, ¡ups!
5.- Utiliza una canción para expresarle cuánto lo amas. En ocasiones, los hijos llegan a sentir que te interesa todo menos lo que a ellos les sucede. Cuando son pequeños, mientras platicas respecto a cómo le fue en el día, puedes arrullarlo con la canción. Verás que pronto será para ellos una tonada que estarán tarareando.
Les comparto una de las tantas canciones que le dedico a mi hijo y que le canto para recordarle que “es el amor de mis amores”.
Sin llorar queridas mamitas trabajadoras…, recuerden que como ustedes afronten esta situación, es como los hijos la vivirán, entonces elijan.
Nos vemos el próximo miércoles de plaza y de #MamáReportera. No olviden que esta historia y consejos es de una amiga de mi amiga que es mamá…
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