El acoso sexual en el transporte es un problema real, eso dicen las estadísticas, aunque muchos aseguran que «siempre ha sido así».
Más de 65 por ciento de las mujeres que usan el transporte público aseguran que en algún momento han sufrido acoso sexual, informó El Universal.
El Metro registra 300 denuncias por año por acoso sexual y desde hace ya varios años se separan los primeros vagones exclusivamente para las mujeres. Actualmente se amplió el horario en varias estaciones.
Las agresiones que se toman como acoso son:
*Piropos obscenos
*Groserías
*Comentarios sexuales
*Miradas lascivas
*Tocamientos o roces, el famoso «arrimón» o el exhibicionismo (mostrar partes íntimas).
En el Metro es difícil encontrar un punto medio, pues en horas pico los roces cuerpo a cuerpo son comunes, la diferencia está tal vez en lo que claramente tienen como objeto una agresión de tipo sexual.
Muchas mujeres no denuncian porque los propios policías no están capacitados para ello, incitan a que no hagan nada porque no van a lograr nada; o porque resultan hechos donde si no hay testigo, es la palabra del que acusa contra la del que dirá que no es verdad, y es que así como hay mujeres honestas, hay quienes exageran y con que quede su bolsa pegada a tu cuerpo, ya hacen ruido.
EL PITO DE MANCERA
Como si fuera un chiste, muchos tomaron así la medida de Miguel Ángel Mancera, de usar un silbato para denunciar el acoso sexual en el transporte.
Los que defienden la medida aseguran que se debe tomar como una medida que forma parte de una estrategia más amplia, como la de los vagones exclusivos, la de incitar a denunciar, entre otras.
Los que no están de acuerdo ven la medida como una burla, de entrada por ser un silbato, y porque se presta a abusar de él, sobre todo porque se detectó hace ya un buen tiempo que uno de los modus operandi de bandas de robos en el Metro consistía en que una chica fingiera un acoso y con ello poder robar al acusado.