En 2013 fui por primera vez con una nutrióloga que me recomendaron, y fue de lo mejor, bajé 11 kilos en unos 3 o 4 meses.
La dieta era personalizada, basada en hábitos, además del tipo de grasa que tenía en exceso.
¿Fue difícil?, en realidad no, la clave estuvo en que estaba perfectamente decidido a hacerlo. Pude bajar más y mantenerme si hubiera unido de forma similar al ejercicio, lo cual me dio flojera.
En fin, eso es historia, porque pues después de dejar de ir, aunque me mantuve como entre 75 y 80 kilos, en el último año me valió.
Desde hace unos 4 meses me sentí y vi más pesado, uno lo nota en la ropa, pero también en el espejo.
Decidí regresar, pues sabía que solo no podría, no basta la «fuerza de voluntad» y bueno, fui, pesé 92 kilos, que para mi edad (31 años), estatura (1.72), es mucho.
Así que en realidad llevo tres semanas comiendo como debo, a mis horas, de todo un poco, obvio excepto garnachas, pan de dulce, pasteles, cosas bañadas en grasa, empanizadas y demás.
Y de nuevo regresé a comer pollo, carne y pescado asado; verduras como lechuga, espinaca, berros, pepino, zanahoria. Tés de todo tipo y sabores: canela, verde, manzanilla, jengibre.
Aún no sé cuánto he bajado, lo cierto es que es un buen momento de retomar el buen camino, sobre todo porque tengo gastritis y de pronto ya todo lo que comía me generaba estragos.
Les seguiré contando cómo me va y sobre todo, aunque es personalizada, hay opciones en mi dieta que pueden hacer de vez en cuando.