Los días de lluvia son sinónimo de caos en el Metro de la ciudad de México, si de por sí es un transporte tedioso, imaginen cómo es cuando amanece lloviendo.
Este lunes así amaneció, y uno ya supone que habrá mucha gente y marcha de trenes lenta, sobre todo en las líneas que pasan por exteriores.
Es por seguridad, pero la marcha lenta de los trenes hace a su vez que pasen con mayor tiempo entre uno y otro y que la gente se vaya acumulando en las distintas estaciones.
Aunado a eso no falta quien salió sin paraguas y está húmedo, quien sufre por su pelo mojado o su paraguas escurriendo.
Peor para quienes deben ir impecables a su lugar de trabajo, porque la lluvia de entrada estropea tus zapatos, y si le sumas uno que otro pisotón ya verás cómo terminas.
Seguro en días como hoy habrá retardos, malos humores y hasta olores, digo, si es que te mojaste y no te secaste bien.