Barbería o estética unisex…vaya dilema.
Después de muchos meses de indecisión, estaba a unos pasos de la puerta que me conduciría a una experiencia bastante placentera.
O al menos, eso lo aseguraban las recomendaciones que había encontrado en el ciberespacio.
Estaba nervioso y aún dubitativo, lo que retrasó mi ingreso a ese lugar…
Pero, qué diablos, siempre hay una primera vez para todo, y estaba decidido a solicitar el paquete completo.
Tan sólo al entrar fui recibido con cortesía, incluso me brindaron una bebida refrescante -cortesía de la casa- me aseguró el encargado, mientras revisaba agendas y cotejaba si había un espacio para ser atendido, pues llegué sin cita previa.
Error de novato, me lamenté.
30 minutos después, tiempo aproximado de espera que me fue notificado minutos después de solicitar el servicio, pude pasar al sillón donde iniciaría el ritual varonil del corte de cabello y arreglo de barba que me había intrigado de tal forma que no quería perder la oportunidad de experimentar.
Porque estéticas unisex conocía muchas, incluso peluquerías, pero barberías…
Santas afeitadas, Batman
Después de una breve pero amena presentación, Emanuel me compartió que sería el encargado de atenderme.
Reviso mi cráneo y mi rostro (en la vida había escuchado un comentario de ese tipo al irme “a sacar punta”).
Me recomendó ciertos estilos que podrían acoplarse a lo que estaba buscando y que permitirían resaltar mis facciones.
No tenía idea de que significaba “resaltar mis facciones”, pero le di la libertad de hacer lo que él consideraba mejor.
El resultado fue bastante gratificante. Ahora, faltaba definir la cuestión con la barba y aquí vino la gran diferencia entre estética y barbería.
El pre rasurado se caracteriza por la colocación de una toalla caliente para abrir tus poros, misma que se incrementa con la colocación de bolsas de manzanilla en los ojos y una esencia frutal que, aunque destantea a los neófitos en ese tipo de menesteres resulta muy agradable. Y ahora, el momento de la verdad…
El rasurado es lo mejor de todo. Aquí el cuidado con las navajas es estricto y ante mis ojos, Emanuel abrió una hoja nueva para el proceso que estaba por venir, lo cual no se ve en otros establecimientos, la cual fue desechada al término de la misma en un compartimento especial para el control de materiales punzocortantes, así te evitas el temor de que, si te cortan, no estará en riesgo de contraer alguna infección.
Terminado el alineado de la barba y bigote, viene el proceso del post-rasurado que conlleva a volver a tener una toalla en tu rostro, ahora fría. para cerrar poros y preámbulo de que el ritual del hombre está por terminar.
Con la amabilidad que caracterizó el encuentro, Emanuel me mostró su trabajo, me preguntó que si era lo que buscaba, y tras retirar el cabello y la barba cortada, salí del lugar con una buena impresión de las barberías y el deseo de, si no realizarlo de manera permanente, sí visitar estos lugares de forma frecuente.
Porque también hay que admitirlo, pasas de gastar entre 50 pesos y 80 pesos en una estética a desembolsar entre 350 y 400 pesos por este servicio que, honestamente, vale la pena invertir en uno mismo.
Barbería o estética unisex, un poco de historia
Sería injusto buscar similitudes o diferencias entre los tres establecimientos antes mencionados, lo que es cierto es que, durante muchos años, las barberías y peluquerías habían perdido la batalla frente a las estéticas unisex ante su renuencia a actualizarse.
No son pocos los caballeros que aseguraban que las peluquerías sólo se visitaban para salir de ahí con el famoso corte de casquete corto (común entre militares y policías), realizados exclusivamente por hombres, para hombres.
No obstante, la llegada de las estéticas unisex, además de brindar la atención a mujeres y hombres por igual, y el cambio vertiginoso en los tiempos modernos (donde se busca que todo sea lo más rápido posible) fueron alejando a los clientes de peluquerías y barberías por igual, lo cual se ha revertido de manera lenta pero segura.
Porque en realidad, las barberías nunca se fueron, sólo esperaban el momento justo para regresar. Y el momento ha llegado.