Los vigilantes de las oficinas o empresas son todo un caso, yo he tenido más de un problema con varios de ellos, por su prepotencia, su abuso de autoridad y porque tengo a veces un mal genio.
Cómo olvidar aquella vez que pedí un té chai (mi bebida favorita) y eran las 8:00 horas. Me llama uno de los vigilantes y me dice: «joven ya le trajeron su bebida, pero esté atento porque NO SOY SU GATO para estarle hablando».
Mi cara él no la vio, pero fue de OMG, obvio fui por mi té chai y lo reporté con su jefe, supe que le llamaron la atención y luego simplemente desapareció, ignoro si renunció o lo corrieron, obvio no fue por esto, me queda claro que un tipo como ese seguro cargaba ya una serie de enfrentamientos.
En donde trabajo no se permiten entre otras cosas: entrar con sándwiches, comida que no venga en refractarios, no pan de dulce ni comida que parezca desayuno, pues el comedor es sólo para usarlo entre las 13:00 y las 17:00 horas.
Yo no tengo checador, pero los que sí, tienen sólo 10 minutos de tolerancia o como en la escuela, me los regresan, ¿y quién tiene ese poder?: EL VIGILANTE.
Ellos pueden revisarte tu mochila, bolsa, se han atrevido hasta a pedirme que abra la bolsa de mi saco o chaleco para revisar si no me guardé una concha o una dona.
También pueden evitarte la entrada y ordenarte muchas cosas, es decir, son el poder en la oficina. A mí me han «regañado» por comer en mi lugar, y me han anotado en la lista negra, pero como no checo, pues no me han hecho nada.
Su mal humor no sé si sea parte de su contrato, algunos en realidad son amables, pero la mayoría son todo lo contrario y por eso uno lo que hace es ser cortés con malicia.
Hace poco los liquidaron para recontratarlos, uno de ellos me contó su triste historia y dije, oops, pues qué mal, ahora entiendo que en el poder que les otorgan va algo de baja autoestima.
¿Ustedes tienen alguna historia con sus vigilantes?, ¿son buena onda?, ¿son groseros?, ¿se creen la ley?.