La mayoría sufrimos el domingo el cambio de horario, pues el primer día siempre es el que nos molesta un poco, porque apenas despertamos lo primero que decimos es: ¡ya es tarde!, ¿qué hora es?.
Eso implica que nuestras actividades se atrasen, o que tengamos sueño todo el día.
La luz es señal de cuándo es hora de dormir y cuándo despertar, aparte claro de la rutina de las personas.
Piensen que el cuerpo se adapta rápidamente, en una semana ya no se acordarán del cambio de horario.
En lo personal me gusta el horario de verano, porque el que el día dure más hace que pueda hacer actividades que no puedo en el de invierno, como hacer ejercicio a las 6 de la tarde.