Regreso a clases, ¿se acuerdan?, no, no era tan caótico como parece en estos días.
Obvio que a mí me tocó estudiar en los noventas y parte del 2000.
Mis días de primaria en realidad eran buenos, me gustaba ir a la escuela y la dinámica del regreso a clases.
No fui de los que estrenaban mochila cada ciclo escolar, aunque tenía más de una para cambiar cuando quisiera.
El olor a cuaderno nuevo me gustaba, desde esa etapa soy fan de las plumas y libretas (todavía tengo varias para escribir).
Fui «el nuevo» en al menos tres ocasiones, pues en primero de primaria entré avanzado el curso.
En tercer grado me fui a Poza Rica a estudiar tres años, y aunque entré a tiempo, ya muchos se conocían.
Luego regresé a la CDMX para sexto grado y además de «el nuevo», era el que venía de otra ciudad.
A mí me tocó estudiar cerca de donde vivía, no supe lo que era el transporte escolar.
Siempre fui un «ñoño», no por gordo, sino porque en realidad era buen estudiante.
Aún tengo amigos de la primaria, de la secundaria, de la prepa y claro de la universidad.
Regreso a clases, ¿cómo era?
Tengo mucha cercanía con el mundo de la docencia, noto cómo ha cambiado en todos los aspectos.
Los alumnos de ahora nada tienen que ver con los de mi generación.
Nosotros no tuvimos celulares, nuestros juegos eran los más tradicionales: stop, encantados, coches, futbol, beisbol.
No había redes sociales, así que llegar y platicar qué hicimos en vacaciones era lo mejor.
Ahora ya todos saben qué hiciste porque facebook lo muestra.
La comida, mmm, en Poza Rica era lo mejor, ya saben, taquitos, blanditas, molotes y mucho más.
No había problemas de obesidad como ahora, tengo claro que era más un tema de hábitos y ejercicio que de lo que comíamos.
El bullying no era un tema, aunque recuerdo «al chilletas», un niño alto que lloraba por todo.
Los maestros tenían el poder, esto no quiere decir que eran groseros o golpeaban, pero para nada un papá reclamaba un regaño.
Mis regresos a clases eran un conjunto de risas, de charlas; de olores, esos que ya sólo encuentro de pronto en las papelerías.
Nunca serán igual, y los recuerdos en realidad son tantos que organizarlos es difícil.
¿Te acuerdas de tus regreso a clases?, comparte conmigo.
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