La obra Niño Salvaje concluye su temporada este domingo 27 de julio en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico. Bajo la dirección de Marcela Castillo, este montaje plantea una reflexión profunda sobre las infancias olvidadas por las estructuras sociales y familiares.
Las funciones finales están programadas para el viernes a las 20:00 horas, sábado y domingo a las 18:00 horas. Los boletos tienen un costo de 205 pesos y están disponibles en taquilla y en el sitio web oficial del teatro.
¿De qué trata Niño Salvaje?
Niño Salvaje expone el abandono de los niños desde la primera institución del sistema: la familia. A través de una narrativa crítica, se cuestiona cómo las instituciones cosifican, estigmatizan y omiten a las infancias, especialmente a las niñas que crecen sin voz ni representación.
La historia sigue a un hombre que encuentra a una niña maltratada y sola. Ese encuentro modifica su vida y da origen a un vínculo marcado por el cuidado, la empatía y la impotencia frente a un sistema que ignora.
La dirección escénica propone dos formas de entender lo salvaje. Por un lado, como el estigma que el sistema impone sobre quien no se adapta a sus reglas; por otro, como ese impulso natural de proteger al otro.
El montaje se cuenta desde la mirada masculina porque, como se señala en escena, “ella nunca está en el centro de su historia”. A través del personaje de Alice, la niña, se muestra una vida organizada desde la sobrevivencia y no desde lo que el sistema considera apropiado para su edad.
El elenco está conformado por Marco Vidal y Meraqui Pradis. El texto traducido por Nadxeli Yrízar Carrillo y Humberto Pérez Mortera fue producido por Alethia Andrade. La escenografía y la iluminación estuvieron a cargo de Mauricio Ascencio, el vestuario de Jerildy Bosch y la música original fue creada por Aldo Max.
Marcela Castillo, directora del proyecto, afirmó que el montaje nació de su trabajo cercano con las infancias y de la necesidad urgente de visibilizar las múltiples formas de violencia estructural que enfrentan. A pesar del tono crítico, la historia también sugiere esperanza: el vínculo afectivo entre dos personas ordinarias que confrontan al sistema y ofrecen cuidado.
Niño Salvaje es una obra que pone sobre la mesa la realidad de miles de niños y niñas invisibles, pero también el poder de los vínculos humanos que logran fisurar estructuras opresivas. Últimas funciones en cartelera.